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Signos de una mujer saludable

Hay señales o signos que nos ayudan a saber si nuestro cuerpo está sano. La salud es un estado de equilibrio donde el cuerpo funciona correctamente en todas sus áreas. A veces las personas especialmente las mujeres creen que están sanos porque no tienen síntomas de una enfermedad puntual. Pero hay señales o signos que nos ayudan a saber si nuestro cuerpo está sano. Los signos de que el cuerpo de una mujer está sana son: -tener buen humor y animo al comenzar el día -tener energía para realizar las actividades diarias -tener el ciclo menstrual en forma regular -dormir bien durante toda la noche -el color de la orina es claro – evacuar heces todos los días -si las uñas están fuertes y con aspecto rosado -se tiene deseo sexual -se tiene un peso adecuado en forma estable Es importante saber que todos los ítem anteriores deben cumplirse no solo algunos para poder estar sanos. Sentirse sano es tener ganas de hacer cosas y de enfrentar los desafíos diari

Primeras innovadoras argentinas

Desde la revolución del 1890 cuando la estudiante de medicina Elvira Rawson ayudó en la atención de heridos y apoyó la causa de la Unión Cívica y la escritora Eufrasia Cabral se dirigió a los cívicos, en arengas promotoras de la adhesión a Leandro Alem, la presencia pública de la mujer en la política argentina comenzó a crecer.


Hacia los años del Centenario podían distinguirse dos grandes corrientes feministas. Una, representada por el Consejo Nacional de Mujeres, fundado por la médica Cecilia Grierson en 1895, que apuntó a reunir a las asociaciones femeninas del país y consolidar las actividades que realizaban en el orden cultural, educacional, asistencial, religioso o caritativo. Otra, de nuevo cuño, donde la defensa de los derechos civiles y políticos de la mujer fueron el centro de sus desvelos. Especialmente las mujeres vinculadas con el socialismo y con los librepensadores y también quienes seguían al radicalismo sostuvieron este programa general.

No así las mujeres anarquistas que rechazaban esta modalidad de activismo político por considerarlo de corte reformista cuando lo que ellas creían necesario era un proyecto revolucionario. En el orden de las agrupaciones políticas fue el Partido Socialista el que incluyó desde el principio en su programa la extensión del sufragio universal a las mujeres y en sus estatutos, la facultad de votar resoluciones partidarias para quienes dispusieran de los derechos políticos y para "las mujeres anherentes, despojadas por ley de estos derechos".

Así, en 1904 resultó elegida como miembro del Comité Ejecutivo Nacional del partido, Gabriela Laperriére de Coni, una distinguida y activa militante por los derechos de la mujer. Por otro lado, muchas mujeres con hondo compromiso partidario colaboraron con los principios de escuela de civismo que alentaban la labor del Partido Socialista. A ello apuntaron sus programas de creación de bibliotecas, talleres, cursos y recreos infantiles que funcionaron en los centros de la agrupación.

Este afán por modernizar y elevar la cultura política nacional sobre la base de una educación cívica sin concesiones a los hábitos de la "política criolla" distinguió también la trayectoria de las agrupaciones femeninas socialistas. Con otro estilo, más apegado a las tradiciones de la burguesía media y alta, la acción de las mujeres en el radicalismo, que también fundaron y sostuvieron centros femeninos muy activos, apeló al acompañamiento y sostén de la labor de los hombres y a la práctica del asistencialismo en apoyo de los sectores de menos recursos, como una de las maneras de dar cuenta de su actividad política.

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