Como el amor, la flor del edelweiss espera en algún lugar recóndito y prácticamente inaccesible a que alguien la descubra para llevársela a casa. Aunque son tantos los que la persiguen, que corre el riesgo de extinguirse y ha tenido que ser declarada especie protegida. Su belleza y fortaleza han alimentado una leyenda viva que esconde ciertos misterios.
Su nombre científico es Leontopodium alpinum, proviene del griego y significa 'pie de león de los Alpes'. El tamaño puede variar entre 2,5 y 10 cm, pero su aparente fragilidad sólo es un espejismo tras el que se oculta una flor increíblemente resistente, capaz de sobrevivir a más de 3.000 metros de altitud y soportar las temperaturas extremas de las montañas alpinas.
Florece entre julio y septiembre y sus hojas pueden ser de color blanco, grisáceo o ligeramente amarillento.
Es una especie oriunda de las regiones montañosas europeas, su hábitat se extiende desde los Cárpatos hasta los Pirineos, aunque abunda especialmente en los Alpes austriacos y suizos. Se puede encontrar en España, en la parte centro-occidental de los Pirineos, desde el alto Aragón hasta Cataluña. También es posible encontrarla en algunas cordilleras asiáticas muy elevadas como la del Himalaya.
El secreto
El solo hecho de tener que escalar montañas, y alcanzar difíciles recovecos para conseguir un ejemplar, casi justifica por sí sólo las múltiples historias y leyendas que se han generado en torno a ella. Pero aún hay más.
La edelweiss vive camuflada. Se esconde bajo la apariencia de una sola flor, cuando en realidad es un conjunto de diminutas florecillas que han evolucionado y crecen agrupadas para sobrevivir.
Se la considera un símbolo de valor y coraje. La leyenda más extendida cuenta que los hombres que pretendían probar su amor tenían que subir más de 2.000 metros para conseguir una y entregarla a su amada. También se dice que tomó su color de la luna, y que es capaz de huir de los esfuerzos de los hombres que la persiguen, elevándose cada vez más en la montaña.
Representa el honor, el mundo de los sueños y el amor eterno, que nunca se secará. Su imagen es considerada como el reflejo perfecto de una belleza extraña y sosegada. En el lenguaje de las flores, edelweiss significa 'escríbeme'.
Por fin domesticada
Desde el año 2.000 se cultiva a menor altura, en una plantación del cantón de Valais, al suroeste de Suiza. Utilizan semillas seleccionadas y la cosecha, que dura unos ocho días, debe recogerse a mano, flor a flor.
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