"Estableciendo ciertos límites en la forma de vestirte, sabrás siempre que tus ropas te ofrecen una cobertura apropiada. Mientras más piel muestres, menos formal estarás. En consecuencia, si quieres mantener un aspecto estricto de negocios, procura cubrir tu cuerpo".
ACCESORIOS PARA EL TRABAJO
No hace tanto, tuvimos una reunión con colegas de la empresa, entre los que había una mujer joven, vestida en forma muy profesional, que tenía unas largas uñas pintadas de rosa y una exuberante pulsera llena de dijes. Hacía poco que ella estaba en la empresa, se llamaba... A decir verdad, no consigo recordar su nombre ni su vestimenta, pero sí recuerdo bien esas uñas y esa pulsera. ¿Cómo podría no hacerlo? ¡Cómo podría olvidarlas, si capturaron mi atención desde el primer momento en que me senté frente a ella!
Siempre que hablaba, gesticulaba ampulosamente con sus manos, y mis pensamientos, en lugar de concentrarse en sus palabras, estaban en sus uñas y su brazalete. ¿Podría ella escribir en la computadora con esas uñas? ¿Cuánto tiempo y dinero gastó —o perdió— en ellas? Y qué decir de esa pulsera... su constante tintineo no tardó en lastimar mis oídos.
Aparentemente, no sólo en mí se produjo este efecto. Después de un rato, el líder del grupo, un hombre de pocas pulgas ya entrado en los cincuenta y pico de años, le exigió que se quitara esa malita pulsera, aludiendo que no podía pensar con ruido a metal barato tintineando que producían los dijes. Avergonzada, ella se sacó la pulsera y la colocó sobre su anotador. Sin embargo, siguió jugando silenciosamente con los dijes por el resto de la reunión.
Recuerdo esa reunión —y esas uñas y esa pulsera— como un claro ejemplo de lo que puede generar una mala decisión —incluso con los accesorios—. Antes de ser reprendida, ella participaba activamente del debate. Después, se quedó en silencio, obviamente herida por lo sucedido. Todo por ese maldito brazalete.
Aunque sin dudas se trató de un evento desafortunado, al menos alguien fue capaz de llamarle la atención y señalarle puntualmente la existencia de un problema. Muchos nunca tienen la oportunidad de saber qué salió mal; nunca logran enterarse de por qué perdieron ese ascenso, o por qué no pudieron cerrar el trato de sus vidas, o por qué vieron pasar esa espléndida oportunidad de sus manos a las de la competencia.
No permitas que esto te ocurra. Piensa cuidadosamente en los accesorios que usas de modo que envíes el mensaje apropiado cada vez que te encuentres en una situación profesional. Aquí van algunos tips a tener en cuenta:
• Maquillaje
Los diferentes estilos de maquillaje, al igual que los estilos de ropa, cambian cada temporada. En consecuencia, mantenerte al tanto de las tendencias te hará lucir actual y bien arreglada.
¿Lo recomendable a la hora de maquillarte? Simplemente intenta resaltar tus mejores características, como una piel hermosa, unos ojos grandiosos, unos labios flexibles, o unos pómulos prominentes. No te preocupes por el resto.
• Uñas
Las uñas deben ser de un largo medio, y deben estar bien mantenidas.
Evita los estilos excesivamente largos, particularmente si en tu vida diaria manipulas alimentos, estás en contacto con pacientes, o usas un teclado de PC o una calculadora. En cuanto a los colores, no te salgas del claro, del rojo, o del neutro.
• Joyas
Las joyas deben actuar a modo de complemento de tu semblante, y nunca deben restar mérito o valor al mismo. Procura usar piezas que vayan con tu vestimenta, y adapta el tamaño a tu talla corporal. Evita las piezas falsas, las chillonas, y las ruidosas, como la mujer del caso citado anteriormente.
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